AIRE DE
CAMBIOS DESDE LA JUVENTUD
El cambio no siempre nos agrada, puede provocar
tenciones, tanto internos como externos. El cambio por lo tanto en si mismo es
un desafío. Por una parte emplazan a romper con el normal apego a lo que ya
existe y de otra parte avivan la incertidumbre y el natural temor para abrirse
al nuevo, al diferente ya para asumir
las consecuencias.
En la vida, los cambios van y vienen. Son necesarios para
la vida. Julio Numhauser, canto-autor chileno expresa bellamente la realidad
del cambio en esta manera: «Cambia lo superficial, cambia también lo profundo,
cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo». Si el cambio es necesario para la vida.
Hay una etapa de la vida donde los cambios son más
comunes y esa es la juventud. Ello se debe, no solo a la edad, sino también al desarrollo
de su personalidad con mucha energía que requiere su canalización. Por eso los
jóvenes son inquietos y están en una etapa de búsqueda permanente del sentido
de la vida. Por esa misma razón los jóvenes deben tomar el protagonismo. Ellos
no son «futuro» de la Iglesia y de la humanidad, sino son el «presente».
Los jóvenes pueden ser los protagonismos de los procesos
de transformación de las estructuras
muerta. Pero es necesario que ellos tomen esta iniciativa de su parte. Los
adultos de su parte deben darles espacio y construir confianzas. Ellos llevan
por dentro una riqueza que estimula al corazón a la acción y despierta en ellos
las ganas por participar en la construcción del futuro.
El Verbo Divino como congregación misionera, tiene el
compromiso de entregar a la juventud una formación de calidad. Por ello, rinda
a los jóvenes la posibilidad de discernir su vocación, el proyecto que Dios
tiene para su vida.
Para colaborar en el descubrimiento de este proyecto de
Dios, la congregación crea instancias en las cuales los jóvenes pueden conocer
el carisma misionero del Verbo Divino. Se han creado puentes como el Encuentro
de Jóvenes Verbita. Allí cada participante es invitado a compartir la riqueza
que trae desde su propia vida y desde la realidad en que vive en un diálogo abierto
y generoso.
Otra oportunidad que ofrece la congregación es la jornada
vocacional. En ella, los jóvenes tienen la oportunidad de detenerse de sus
quehaceres para encontrarse consigo mismo, con los demás y sobre todo con Dios.
En otras palabras, es un espacio y un tiempo que lla a detenerse un momento
para descubrir y conocer la voluntad de Dios para con su vida.
El compromiso verbita con la juventud tiene su razón de
ser en sí mismo, pero también es para los Misioneros del Verbo Divino, es un
signo de nuevas posibilidades centradas en la adhesión a Jesús de Nazaret quien
llama y actúa en la vida de todo joven. Es un soplo de aire de cambio que
proviene de Dios a través de la juventud.