jueves, 11 de octubre de 2012


AIRE DE CAMBIOS DESDE LA JUVENTUD

El cambio no siempre nos agrada, puede provocar tenciones, tanto internos como externos. El cambio por lo tanto en si mismo es un desafío. Por una parte emplazan a romper con el normal apego a lo que ya existe y de otra parte avivan la incertidumbre y el natural temor para abrirse al  nuevo, al diferente ya para asumir las consecuencias.

En la vida, los cambios van y vienen. Son necesarios para la vida. Julio Numhauser, canto-autor chileno expresa bellamente la realidad del cambio en esta manera: «Cambia lo superficial, cambia también lo profundo, cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo». Si el cambio es necesario para la vida.
Hay una etapa de la vida donde los cambios son más comunes y esa es la juventud. Ello se debe, no solo a la edad, sino también al desarrollo de su personalidad con mucha energía que requiere su canalización. Por eso los jóvenes son inquietos y están en una etapa de búsqueda permanente del sentido de la vida. Por esa misma razón los jóvenes deben tomar el protagonismo. Ellos no son «futuro» de la Iglesia y de la humanidad, sino son el «presente».
Los jóvenes pueden ser los protagonismos de los procesos de  transformación de las estructuras muerta. Pero es necesario que ellos tomen esta iniciativa de su parte. Los adultos de su parte deben darles espacio y construir confianzas. Ellos llevan por dentro una riqueza que estimula al corazón a la acción y despierta en ellos las ganas por participar en la construcción del futuro.
El Verbo Divino como congregación misionera, tiene el compromiso de entregar a la juventud una formación de calidad. Por ello, rinda a los jóvenes la posibilidad de discernir su vocación, el proyecto que Dios tiene para su vida.

Para colaborar en el descubrimiento de este proyecto de Dios, la congregación crea instancias en las cuales los jóvenes pueden conocer el carisma misionero del Verbo Divino. Se han creado puentes como el Encuentro de Jóvenes Verbita. Allí cada participante es invitado a compartir la riqueza que trae desde su propia vida y desde la realidad en que vive en un diálogo abierto y generoso.
Otra oportunidad que ofrece la congregación es la jornada vocacional. En ella, los jóvenes tienen la oportunidad de detenerse de sus quehaceres para encontrarse consigo mismo, con los demás y sobre todo con Dios. En otras palabras, es un espacio y un tiempo que lla a detenerse un momento para descubrir y conocer la voluntad de Dios para con su vida.
El compromiso verbita con la juventud tiene su razón de ser en sí mismo, pero también es para los Misioneros del Verbo Divino, es un signo de nuevas posibilidades centradas en la adhesión a Jesús de Nazaret quien llama y actúa en la vida de todo joven. Es un soplo de aire de cambio que proviene de Dios a través de la juventud.  

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