jueves, 22 de noviembre de 2012

¡AHORA ESTAMOS EN MISIÓN!


Por Daniel Muñoz
Hace unos meses atrás Recibí la invitación del Padre Luis Tamonob, para asistir y animar por segundo año consecutivo el Encuentro de Jóvenes Misioneros; muy agradecido de su invitación, acepté encantado.
Son pocas instancias que tenemos los jóvenes para vivir hermosas experiencias;  conocer gente de diversas ciudades de nuestro país;  de parroquias, colegios y movimientos que muchos ni siquiera sabíamos de su existencia; y si a todo eso le sumamos la mezcla perfecta y más importante como lo son la FE, Amor, Misión, Eucaristía,  gozo… sin duda el resultado es el “SEPTIMO ENCUENTRO DE JÓVENES MISIONEROS”.
Como todos los años este encuentro se renueva y nos sorprende cada vez más.   Si bien el lema del año pasado fue en un tono mas fuerte y directo “Despabílate...despertar no es suficiente para la misión”, el 2012 llegamos con más entusiasmo y alegría para  la consecución bajo el lema   “Transformados por amor, vivimos la Misión”.
Durante el Encuentro, pudimos participar de diversas actividades; trabajo en comunidades que nos permitió conocernos  más profundamente quienes éramos de las diversas delegaciones e invitados como yo; fue tal la integración que con mucha soltura hablamos de nuestras debilidades y fortalezas, de lo que queremos ser  y como lograr ser mejores personas por ende mejores misioneros; todo esto también fue reforzado con los diversos talleres que se impartieron, entre ellos,  Biblia , Yoga, Medio ambiente y Ecología, Liderazgo Cristiano, Nuestra iglesia en los pueblos indígenas etc., y un análisis de la Iglesia del Hoy!.
Una actividad que marcó las jornadas, sin duda alguna fue el Bosque de Cristo; los mas de 200 jóvenes caminamos en procesión, atentos del camino que nos conducía a él, pues eran muchas las sorpresas  y pistas que encontrábamos antes de ingresar;  sorpresas que nos invitaban a reflexionar sobre nuestra identidad, nuestra misión, y lo que Dios quiere de nosotros.
Al interior nos recibió el Espíritu del bosque ‘Serfin Lemu Cume Dengo (Mapudungun: cuidar/servir bosque buena noticia, o bien, la servidora del bosque de la buena nueva)’ mejor conocida como “Lemu”, quien cuidaba de él, y nos dio a entender  su aflicción, ya que 3 de sus arboles no daban frutos, y se debilitaban poco a poco, esos frutos eran : Amor, Vida, y Misión, los cuales son esenciales para que nosotros, los Misioneros, podamos llevar la buena nueva de Dios, y que cada vez somos menos.   Esta actividad fue el motor de nuestro trabajo en comunidades.
Además, para nosotros los jóvenes y principalmente para mí, “Las palabras convencen pero los testimonios arrastran”, es por ello que me siento honrado al haber sido participe y moderador de un Gran testimonio de vida; la Historia de un joven Sacerdote Verbita proveniente de la república del Congo padre Claudio Dilayen.   Historia que nos abrió los sentidos y se posó en nuestro corazón; Vocación versus Familia, Cultura, y destino; la fuerza para superar las vicisitudes de la vida, y por sobre todo los designios y amor de Dios y para Dios.
A la Oración, Misas, Trabajo en Comunidad, Talleres, Testimonios, además debemos sumarle  la Recepción con música y videos especialmente preparados para la ocasión; las comunidades, sus gritos, bailes, y una excelente noche de fiesta de los tiempos como cierre; no existía el tiempo para descansar, y sobraban las ganas de participar.
     Hoy a unas semanas del encuentro, puedo decirles,  “Gracias Verbitas, por remecer nuestro espíritu y revivir la Misión”

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