SE ESCUCHA EN NUESTRO GRITO
La voz, como sonido emitido por los seres humanos, tiene una particularidad
y un significado. La voz, en este sentido, se transforma en el instrumento más eficaz en la comunicación
humana, aparte de los gestos y la mímica. A diferencia de otros sonidos, la voz
representa a la persona. Cuando se escucha una voz con cierto timbre más o
menos conocido se puede saber inmediatamente de quién es esa voz.
¿Y la voz de Dios? En medio de la muchedumbre muchas voces es difícil
distinguirla. Como cristianos en general y como jóvenes en particular podemos
confundir la Voz de Cristo en medio de tantos ruidos. Necesitamos un espacio, un
poco de silencio, hacer un alto en nuestros quehaceres y rutinas diarias para poder escuchar y distinguir la voz de
Cristo.
El Encuentro de Jóvenes Misioneros – EJM, es una instancia que permite
detenerse a escuchar a Dios. La Congregación del Verbo Divino (SVD) y la
Congregación de las Hermanas Siervas del Espíritu Santo (SSpS) pretenden seguir
creando puentes de encuentro para los jóvenes provenientes de distintas partes
de Chile; desde Canela Baja hasta Puerto Varas. De esta manera la familia de
san Arnoldo quiere ser portadora de la Voz de Cristo – haciendo llegar Su Voz a estos jóvenes para que ellos,
después de la experiencia vivida durante del encuentro, puedan hacer resonar esta
Voz incluso a gritos entre sus amigos y aquellos que los rodean.
En los últimos años la realidad chilena estuvo y aún está marcada por manifestaciones
en demanda de mayor justicia social. Estos
reclamos y gritos por el cambio de alguna manera revelan el rostro de
Cristo sufriente en el pobre, el marginado y discriminado por el sistema y la
estructura muerta que es preciso cambiar.
Por ello el equipo organizador de
EJM de este año eligió como lema LA VOZ DE CRISTO SE ESCUCHA EN NUESTRO GRITO. Con
este lema los jóvenes fueron invitados a compartir, escuchar y reflexionar. Los
distintos momentos, orantes, recreativos, formativos, testimoniales y eucarísticos fueron espacios privilegiados para descubrir y
escuchar la Voz de Cristo que resuena y llega al corazón humano de distinta
manera y forma, en nuestra historia y nuestra realidad. Los jóvenes
provenientes de diferentes realidades y campos de misión, tuvieron en aquellos
momentos la posibilidad de ser protagonistas. Fue una oportunidad de compartir,
intercambiar y enriquecerse mutuamente. Finalmente
fueron enviados a hacer resonar la Voz de Cristo, a anunciar la Buena Noticia
con su testimonio, con su compromiso y acción concreta para ser un grito de los
de sin Voz – The Voice of the Voiceless.
EJM tuvo una buena participación: 208 jóvenes acompañados por los responsables de 18 delegaciones suman unos 230 congregados. Ojalá que esta experiencia sea una oportunidad y una instancia enriquecedora para nuestros jóvenes. Esperamos que ellos hagan honor al nombre de EJM, SER misioneros para el mundo juvenil. Que sean ellos misioneros y protagonistas misionando su mundo. Que Dios fuente de la MISIÓN complemente y perfeccione el resto de lo poco que se ha hecho y que las comunidades de origen ayuden aterrizar esta experiencia en sus realidades.
Luis Tamonob, SVD