viernes, 8 de noviembre de 2013

LA VOZ DE CRISTO

SE ESCUCHA EN NUESTRO GRITO

La voz, como sonido emitido por los seres humanos, tiene una particularidad y un significado. La voz, en este sentido, se transforma en el  instrumento más eficaz en la comunicación humana, aparte de los gestos y la mímica. A diferencia de otros sonidos, la voz representa a la persona. Cuando se escucha una voz con cierto timbre más o menos conocido se puede saber inmediatamente de quién es esa voz.
¿Y la voz de Dios? En medio de la muchedumbre muchas voces es difícil distinguirla. Como cristianos en general y como jóvenes en particular podemos confundir la Voz de Cristo en medio de tantos ruidos. Necesitamos un espacio, un poco de silencio, hacer un alto en nuestros quehaceres y rutinas diarias  para poder escuchar y distinguir la voz de Cristo.

El Encuentro de Jóvenes Misioneros – EJM, es una instancia que permite detenerse a escuchar a Dios. La Congregación del Verbo Divino (SVD) y la Congregación de las Hermanas Siervas del Espíritu Santo (SSpS) pretenden seguir creando puentes de encuentro para los jóvenes provenientes de distintas partes de Chile; desde Canela Baja hasta Puerto Varas. De esta manera la familia de san Arnoldo quiere ser portadora de la Voz de Cristo – haciendo  llegar Su Voz a estos jóvenes para que ellos, después de la experiencia vivida durante del encuentro, puedan hacer resonar esta Voz  incluso a gritos entre  sus amigos y aquellos que los rodean.
En los últimos años la realidad chilena estuvo y aún está marcada por manifestaciones en demanda de mayor justicia social. Estos  reclamos y gritos por el cambio de alguna manera revelan el rostro de Cristo sufriente en el pobre, el marginado y discriminado por el sistema y la estructura muerta que es preciso cambiar.  Por ello  el equipo organizador de EJM de este año eligió como lema LA VOZ DE CRISTO SE ESCUCHA EN NUESTRO GRITO. Con este lema los jóvenes fueron invitados a compartir, escuchar y reflexionar. Los distintos momentos, orantes, recreativos, formativos, testimoniales  y eucarísticos  fueron espacios privilegiados para descubrir y escuchar la Voz de Cristo que resuena y llega al corazón humano de distinta manera y forma, en nuestra historia y nuestra realidad. Los jóvenes provenientes de diferentes realidades y campos de misión, tuvieron en aquellos momentos la posibilidad de ser protagonistas. Fue una oportunidad de compartir, intercambiar y enriquecerse mutuamente.  Finalmente fueron enviados a hacer resonar la Voz de Cristo, a anunciar la Buena Noticia con su testimonio, con su compromiso y acción concreta para ser un grito de los de sin Voz – The Voice of the Voiceless.

EJM tuvo una buena participación: 208 jóvenes acompañados por los responsables de 18 delegaciones suman unos 230 congregados. Ojalá  que esta experiencia sea una oportunidad y una instancia enriquecedora para nuestros jóvenes. Esperamos que ellos hagan honor al nombre de EJM, SER misioneros para el mundo juvenil. Que sean ellos misioneros y protagonistas misionando su mundo. Que Dios fuente de la MISIÓN complemente y perfeccione el resto de lo poco que se ha hecho y que  las comunidades de origen ayuden aterrizar esta experiencia en sus realidades.

Luis Tamonob, SVD

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