miércoles, 13 de abril de 2011

EL TESORO DEL CORAZÓN

¿DONDE ESTÁ TU CORAZÓN?

No amontonen tesoros en esta tierra, donde la polilla y la herrumbre echan a perder las cosas, y donde los ladrones perforan los muros y roban. Amontonen mejor tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre echan a perder las cosas, y donde los ladrones no perforan los muros ni roban. Porque donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón (Mt. 6, 19-23). Jesús enseña a sus discípulos esa sabiduría de poseer después de enseñarles a practicar las virtudes: la limosna la oración y el ayuno que ayudan a tener una disciplina interior que finalmente conduce a la felicidad duradera. 

Sin duda nuestra sociedad está promoviendo una mentalidad materialista-calculadora. Desde allí nace una cultura hedonista sin freno que no permite al ser humano controla sus deseos placenteros. Es cierto que no se puede negar que el placer es una pequeña parte de la felicidad, sin embargo no es todo menos es sinónimo de la felicidad. Si fuera así entonces una vez cuando se logra algo placentero, el ser humano dejaría de buscar otra cosa que le satisfecha.

La experiencia nos ha mostrado y sigue mostrándonos, que ninguna cosa material nos deja muy satisfecho y por lo tanto no queremos más. Lo contrario después de lograr tal cosa material que anhelamos tanto, seguimos buscando otra cosa más. Nunca sentimos ya «basta». Esa experiencia misma nos enseña a replantear, revisar nuestra postura, estilo de vida y decisión ante la cultura hedonista.

Lo que señala Jesús hace 2000 años atrás sigue siendo actual y vigente pero sobre todo no es algo extra terrestre o algo impracticable. Lo contrario toca directamente nuestra experiencia humana. Hay muchas personas que al practicar las virtudes de limosna, oración y ayuno han logrado una disciplina interior increíble y una vida más equilibrada por lo tanto son muy felices. En realidad no son las cosas materiales acumuladas que nos hacen feliz, sino como gozar lo que tenemos aunque son pocos. Al límite de nuestra existencia se experimenta que las cosas materiales no tienen importancia.

Con frecuencia vivimos esa experiencia con nuestros seres queridos en el momento su experiencia de límite de la existencia humana. Me tocaba a acompañar a un abuelo que tiene muchos bienes materiales en su última hora. Después de rezar junto y recibió el sacramento de los enfermos, me dijo, «Ahora puedo morir tranquilo porque he recibido la gracia de Dios pero sobre todo me siento muy orgulloso de haber educado a mis hijos, ya tienen su vida asegurada».  
Es muy bello ese testimonio, lo que destaca ese abuelo no es sus cosas materiales acumuladas, sino lo espiritual. No dijo estoy contento porque he juntado todo lo que quería en mi vida, sino más bien la experiencia espiritual. Se dio en manifiesto que solo la gracia de Dios y la formación de sus hijos lo hace feliz y sentirse sereno antes de terminar su peregrinación acá en la tierra.  

Dónde está el corazón del amante? En la cosa que ama: por consiguiente, allí donde está nuestro amor, allí es donde nuestro corazón permanece cautivo. No puede salir de allí, no puede elevarse más alto, no puede ir ni a derecha ni a izquierda; está allí parado. Allí donde está el tesoro del avaro, allí tiene su corazón; allí donde está nuestro corazón, éste es nuestro tesoro.
¿Qué es lo que nos hace cautivos? ¿Estamos en «la libertad de los hijos de Dios»? (Rm 8,21) ¿O estamos atados a los bienes, a las comodidades, a los honores? Dios te llamó porque tiene propósitos muy fuertes para ti, pero es necesario que renuncies a todo lo que sea un estorbo entre tú y Él. No son solo los amigos o los lugares a los que asistes las únicas cosas que te puedan estorbar. ¿Y tu manera de pensar? ¿Y las cosas que sientes? Especialmente cuando lo cuestionas a Dios o cuando no quieres obedecerlo en todo.

martes, 12 de abril de 2011

PROYECTO PARADÓJICO



Hay dos cosas raras que no se puede comprender para muchos: la opción y la vida de los cristiano. En una conversación con una persona que no es cristiana me dijo, la vida de ustedes de los  cristianos es extraña. Yo le dije, claro que nuestra vida es rara, tienes que vivirla para comprenderla mejor. No se puede opinar de afuera.
Claro que si, la vida cristiana y su opción es rara, extraña e incomprensible. Pero es «vida» y una «opción» que no es para comentarla sino vivirla. En primer lugar y sobre todo no es fuente de estudio ni inspiración para la creatividad humana, aunque la es, pero su esencia es  inseparable de la vida misma.

La persona de Jesucristo y su proyecto es una eterna paradójica. No es fácil comprenderla, porque la vida de Jesús mismo es una contradicción. Desde su nacimiento había traído ya una incomprensión. Profetizó Simeón, «Este Niño, está predestinado por Dios para ruina o resurgimiento de muchos en Israel, y será signo de contradicción”. (Lc. 2, 34). Durante de la realización de su misión todo el tiempo desafía a todos los que quieren seguirlo a Él. Su misión provoca mucha incomodidad los que estaban amarrados con el poder y estatus quo.

Si yo soy discípulo y misionero de Jesucristo, necesito en este momento contemplar y revisar mi vida según la lógica de Jesús. El Señor Jesús, quién me llama a seguirlo con fidelidad me desafía a caminar contra la corriente.
Jesús me desafía,
Me enfurezco, y Él me dice: ¡perdona¡
Tengo miedo, y Él me dice: ¡ánimo¡
Tengo duda, y Él me dice, ¡ten fe¡
Prefiero estar solo, y Él me dice, ¡ven y sígueme¡
Busco bienes materiales, y Él me dice ¡despréndete¡
Quiero seguridad y comodidad, y Él me llama diciéndome, ¡ven y lo verás!
Quiero ser jefe para mandar, y Él me dice ¡Hay que servir primero!
Quiero comprender con mi lógica, y Él me dice ¡Felices los que creen si haber visto¡
Quiero una explicación clara, y Él me habla en parábolas
Saco mi espada, y Él me dice ¡Guárdala¡
Quiero venganza, y Él me dice, ¡presenta la otra mejilla¡
Hablo de paz, y Él me dice, ¡He venido a traer fuego a la tierra ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo!
Quiero ser el más grande, y Él me dice, ¡Seas como un niño¡
Quiero esconderme, y Él me dice, ¡Seas la luz del mundo¡
Busco el primer puesto, y Él me dice, ¡Siéntate en el último lugar¡
Quiero figurar y Él me dice, ¡Reza en lo escondido¡

¡No¡ No entiendo a Jesús. Me provoca, me confunde. Al igual que tantos de sus discípulos, también quiero irme, pero tampoco tango claro, ¿A dónde iré? Solo Él tiene la palabra de vida eterna. Solo permanecer en Él y Él en mi, puedo comprender mejor su lógica, su proyecto paradójico.

lunes, 11 de abril de 2011

Testigos de la Palabra



Testigo de la Palabra


El testigo es él que arriesga por algo, ser fiel por lo atestiguado. El testigo también es alguien que sabe defender pero sobre todo asume los riesgos que vendrán. Es decir está comprometido con las causas mayores más allá de los riesgos y consecuencias des ser testigo.  Los misioneros del Verbo Divino asumen la misión de Jesucristo y tratan de seguirlo a Él con fidelidad viviendo esa convicción  de que  "Su misión sea nuestra misión, y Su vida sea nuestra vida" 

Les dejo este vidioclip de nuestros hermanos verbitas en las Filipinas que cantan esa hermosa canción, Witness to the Word - Testigos de la Palabra. Que disfruten esa hermosa música.





El Caracol

Un día cuando estaba leyendo un libro bajo de un árbol, por casualidad vi un caracol. Me llamaba la atención, por eso empecé a observarlo. Este animal trataba de moverse y alejarse de una multitud de las hormigas que también intentaban sacar provecho del líquido que dejó el caracol al moverse.  En un momento dejo de moverse y se metió para protegerse  dentro de su concha. De inmediato se me viene a mi mente las clases de biología en colegio años atrás. En este momento me resuena la voz de la profesora de biología que nos enseñaba que el caracol pertenece a la familia de animal vertebral, se alimenta de hojas y yemas, que roen mediante una lengua dentada, la rádula. Respiran por la cavidad paleal. Está protegida por una capa llamada manto. El caracol cuando hace frío o hay peligro, se mete dentro de la concha.

Sin darme cuenta estoy dejando lo que estoy leyendo. Lamento que estoy malgastando el tiempo de un lado pero de otro lado estoy conectándome con la realidad de la vida. 

Esa pequeña observación me lleva a la otra experiencia cotidiana en el metro cuando un sacerdote que viajaba con cuello romano al subir al metro lo pifiaban algunos jóvenes que estaban por allí en espera el siguiente tren.
Es la consecuencia de la crisis actual dentro de la Iglesia-clero por las denuncias de abusos sexuales a menores. Es cierto que esa crisis nos invita a la profunda reflexión y purificación. Sin embargo hay que ser muy justo para ver y escuchar los juicios y opinión pública que existen hoy que meten al mismo saco a todo lo que tiene que ver con la Iglesia: los sacerdotes y personas que los defienden.

Basta ver los comentarios de una noticia sobre denuncia de abuso sexual. Si el abuso es cometido por una persona común y corriente, los comentarios solo se concentran en condenar a esa persona. Dentro de esos comentarios todavía se puede encontrar algunos comentarios más críticos de una posición neutral. Pero si el abuso es cometido por un sacerdote o un religioso/a católico, las condenas no solo se concentran a la persona que cometió el delito sino se extiende a la institución donde pertenece en particular y a la Iglesia católica general.
En un foro de discusión he leído algunas opiniones que realmente son muy negativas. Hay que ser muy injusto para aceptar estos tipos de comentarios. Como puede ser que por la culpa de ciertas personas las opiniones que condenan no fueron dirigidas a tales personas sino directamente a la Iglesia.  Algunos comentarios dicen así, «Es la culpa de la Iglesia católica. Hay que eliminar a la Iglesia porque es la única institución que ha hecho tanto daño a la humanidad. Otro dice, es la única institución más corrupta del mundo. Peor aún algunos dicen que la Iglesia no aporta nada a la humanidad lo único que hace es destruir las personas». Es triste para nosotros los católicos. Pero si preguntamos, ¿Por qué la gente condena a la Iglesia y no a la persona que comete el delito? La respuesta exacta no la sabemos. Solo hipótesis que podemos dar. Quizá detrás de esta persona hay una institución, hay un poder, también hay autoridad moral. Eso implica la coherencia y testimonia de los miembros que pertenecen al a l Institución – la Iglesia católica.
Es cierto que la institución – Iglesia Católica tiene un rol fundamental en la formación de la persona determinada, pero ninguna institución igual que los papas tiene la intención de formar las personas malas. Eso sería deformación de la persona humana. Salva una organización terrorista o agrupación de los delincuentes.

Esa crisis puede ser una oportunidad  para la Iglesia que le sirve para la purificación y renovación pero sobre todo para dar testimonio – testigo de Jesucristo. Estamos llamados a ser más coherente menos poder y más cercana a la gente. Es decir acercar la gente a Cristo y encarnar a Cristo en el sufrimiento y soledad de la gente. No es la primera vez que la Iglesia enfrenta esa crisis. La Iglesia va a salir adelante, va a salir fortalecida. Donde hay persecución la Iglesia es más fuerte que nunca. Se necesita testigos verdaderos, no seguidores cobardes que buscan solo la comodidad. Cuando hay inconveniente se van.

No podemos actuar como el caracol, en la ilustración dada arriba, que cuando hay frio o peligro se mete a dentro para protegerse mientras las hormigas sacan provecho del líquido que lo dejó al moverse. Tenemos derecho de sospechar, ¿porque nuestra Iglesia como institución es condenada por culpa de sus miembros? Hay que levantar la cabeza y dar testimonio. No hay que meterse a dentro de nuestra cáscara de miedo, vergüenza y cobardía, mientras otros se aprovechan de esta situación para meter a todo al mismo saco. Nuestra naturaleza humana es imperfecta. Los discípulos experimentaban esa limitación en su seguimiento al maestro Jesús. Como los doce que Cristo mismo llamó paraqué estuvieran con Él y luego de ser enviado (cfr. Mc. 1,16-20; 6,7) había un Judas que lo negó, así también hoy hay algunos «Judas» que niegan al maestra con su anti testimonia. Como el famoso dicho, en la familia siempre hay oveja negra, así también dentro de la Iglesia hay ovejas negras.

La realidad que vivimos hoy por los escándalos de abuso sexual, no puedo desanimarnos a responder el llamado del Señor a ser testigo de su amor haciendo el bien, Solo la fidelidad conduce a Pedro a perseverar hasta el final, Esa fidelidad fue la fortaleza de Pedro para superar la crisis de abandono al maestro cuando la muchos de los discípulos se fueron por los escándalos que existían.  La fidelidad era la respuesta correcta cuando el maestro Jesús les preguntó, ¿Acaso también ustedes quieren irse? Simón Pedro le respondió, Señor, ¿a quién iremos? ¿Cuál es mi respuesta en este momento, si el Señor me pregunta?


domingo, 10 de abril de 2011

Un misionero sin fronteras...

Les dejamos un dibujo de San Arnoldo Janssen que nos ha regalado un dibujante amigo de la svd. Gracias Andrés Díaz por tu dedicación.

MUCHOS ROSTROS UN SOLO CORAZÓN

M u c h o s   rostros   un solo   corazón E n el mundo global casi no hay límite de espacio y de a poco se han levantado las fron...

Muchos Rostros un Solo Corazón