La palabra Misionero junto con la palabra Apóstol, son exclusivas y tienen una profunda raíz en el cristianismo. Esas palabras casi no pueden emplearse en otro sentido que como tarea recibida de alguien (un emisor), e implica a la vez un compromiso para realizarla.
Aunque la palabra misión se puede aplicar en diferentes contextos, en el ámbito de nuestra iglesia es una palabra exclusiva, con un profundo significado y muy recurrente en los últimos años. La Iglesia ha reconocido la necesidad de promover y testimoniar una vida misionera en donde nos encontremos presente. La tarea se concreta en nuestro territorio con la llamada "Misión Continental"
Desde siempre todos quienes abrazamos la fe cristiana nos identificamos con Jesús, su vida y su misión. Esa Gracia es recibida mediante el bautismo e implica un compromiso, una misión, un apostolado. Sin embargo, en el contexto del mundo de hoy, cuando el individualismo se transforma en un estilo de vida, surge una pregunta; ¿Para qué y para quién es este compromiso cristiano?
Por otro lado se oye a menudo una queja: "faltan personas comprometidas, faltan misioneros/as en su sentido «particular», es decir, como personas que dediquen su vida totalmente a la misión".
Aún cuando existe una consciencia de que todos los bautizados somos misioneros – apóstoles, a la hora de actuar hay quienes se quedan atrás esperando que alguien más tome la iniciativa.
Ante la preocupación por la falta de misioneros – sacerdotes, religiosos/sas;
¿Quién se atreve a tomar pasos concretos, en el sentido «específico» de la misión-apostolado?
¿Quién promueve, se preocupa para que las personas que tienen inquietud de dedicar su vida completa para la Evangelización, se atrevan a dar pasos concretos para discernir su vocación?
Los cristianos no podemos quedarnos en las puras quejas y preocupación sin hacer nada al respecto. Es tiempo de actuar, de dar pasos reales!!
Si estás sintiendo el llamado del Señor, no lo niegues. Si conoces a alguien que tiene alguna inquietud vocacional, apóyalo en vez de molestarlo, o burlarte. La iglesia necesita misioneros, Jesús necesita amigos para partir el pan (como sacerdote) y compartir la mesa (como hermano).
Jesús ha llamado a los doce para aprender de Él a promover el Reino de Dios y sigue llamando a cientos y miles de personas para comprometerse con el sueño de Dios para que todos se salven. Hoy te toca a ti, no tengas miedo si Él te llama es porque Él te dará todo y te hará posible de seguirlo con fidelidad.
¡Adelante! ¡Atrévete!
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