El Mundo es nuestra parroquia
Desde el principio de su fundación, la Congregación del Verbo Divino tiene una misión sin fronteras. Arnoldo Janssen su fundador, buscaba distinta manera y forma de hacer llegar la misión a todas partes no sólo en el sentido geográfico, sino más bien de las dimensiones de la misión misma. El fundador estaba consciente de que la misión es de Dios. Como Cristo rompió todas las barreras y límites para cumplir la misión – la voluntad de Su Padre -, así también la misión comenzada por Arnoldo debía ir más allá de las fronteras.
El difícil comienzo por los trámites y desafíos de las autoridades eclesiásticas y la situación política que no favorecieron sus iniciativas, no fueron impedimentos para el fundador para comenzar. Convencido de que en medio de la persecución religiosa están hundiendo los valores evangélicos, por lo tanto debe surgir algo nuevo.
Su valentía para comenzar la casa misional en Styel no fue meramente especulación humana, sino fue fundada en la búsqueda de voluntad de Dios. Esa búsqueda de voluntad de Dios lo empujaba a buscar una distinta manera y forma para comenzar su obra. Su capacidad de interpretar los signos de los tiempos y espacio lo llevaba a salir de Alemania hacia la frontera de Holanda para dar pasos concretos a la voluntad de Dios. Esa experiencia de éxodo fue determinante, y a la vez fue una nueva experiencia de apertura a la otra realidad que marcaba sus decisiones con respecto al rumbo de la Congregación más tarde.
El éxodo a la tierra extranjera le abría un nuevo horizonte que conlleva consigo una nueva postura al responder la demanda de misión. Arnoldo desde su propia experiencia se preocupaba por la preparación de los misioneros. Los introducía a prepararse no sólo en la formación teológica, sino también en la formación cultural. El fruto de esa preparación es la apertura y respeto a la cultura originaria de donde los misioneros del Verbo Divino fueron a misionar.
Más tarde nacieron grandes antropólogos como Wilhelm Schmidt, que dedicaba mucho tiempo para estudiar los pueblos originarios. Fue un misionero destacado por sus investigaciones. Sin duda era un misionero verbita y antropólogo pionero en el diálogo entre la misión y la semilla del Verbo que está en el otro - las culturas originarias (término que utiliza Vaticano II más tarde). Fue un investigador y profesor en las universidades de Viena y de Friburgo, en 1906 fundó la revista Anthropos y dio origen a la teoría del círculo cultural, según la cual la cultura de una etnia es un conjunto estratificado y correlativo de rasgos que evoluciona al contacto con la cultura de otras etnias. Sus principales investigaciones versan sobre la génesis de la idea de Dios y sobre la formación de las representaciones religiosas en las sociedades primitivas. De su extensa bibliografía cabe destacar dos, El origen de la idea de Dios (1912-1955) y Pueblos y culturas (1922).
A largo de su 136 años de existencia, la Congregación del Verbo Divino ha ido realizando los sueños del fundador Arnoldo Janssen para llevar la misión a todo terreno y en todas sus dimensiones. Por eso a diferencia de otras congregaciones que se dedican a determinadas áreas, la Congregación del Verbo Divino está en todo terreno: desde el trabajo con los marginados y abandonados como los que viven de los deshechos de la basura en Smokey Mountain en las Filipinas, hasta las universidades más destacables como la universidad Nanzan en Japón o universidad Fu Jen en Taiwán. No nos limitamos sólo en la misión tradicional, estamos en todo. El mundo es nuestra parroquia.
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