Sin duda San Arnoldo Janssen fue un misionero por la excelencia. Él misionaba des del Corazón del Verbo Divino, desde la casa materna. Él estaba presente en toda parte donde se encontraban los misioneros y misioneras de las tres Congregaciones que él fundó: Verbo Divino, las Siervas del Espíritu Santo y las Siervas del Espíritu Santo de la Adoración Perpetua. Recorría el mundo entero con sus preocupaciones expresadas en las miles de cartas escritas con su propia mano.
Mientras San José Freinademetz entregó su vida entera para los chinos en la misión. Por la pasión por esa misión, él nunca volvió a ver su familia desde su partida a la misión. Ganaba la simpatía de los chinos por su hermoso testimonio de vida – haciéndose uno de ellos hasta quiere entrar al cielo como chino, no como europeo. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos, (J 15,13). Es maravilloso el testimonio de san José Freinademetz. Simplementes el chino de Tirol. Un Misionero ejemplar.
Ese video demuestra una pequeña parte de la entrega y la pasión de ambos por la misión.
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